Mezinárodní tisk
1. září 2009
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24CON
Argentina
Angelitos ensangrentados
María Victoria Dentice
El artista que se burlaba de la inocencia
Tildado de hiperrealista, violento, crítico de la sociedad de consumo y de personajes surgidos en este tipo de sociedad, como el pato Donald o Mickey, Gottfried Helnwein es un artista profundamente marcado por el horror de su propio holocausto.
Nacido en Viena, en 1948, pintor, fotógrafo, Helnwein estudió en la Akademie der Bildenden Kunste, Wien, este es el único dato biográfico que voy a brindar, privilegiando una vez más la obra.
El tema que me gustaría analizar es el papel que ocupa el niño en la obra de Helnwein, ya que sin duda, los niños son los protagonistas indiscutidos de sus cuadros, desde una interpretación personal, los niños parecieran ser tratados aquí como objetos que han perdido toda inocencia, mientras que el adulto siempre es caracterizado en forma de animal perverso, ya sea como el “hombre pájaro” que se estira para rozar el cuerpo impoluto y virginal de una niña, un conejo azul que observa a una niña sentada, o bien, el oficial nazi retratado con trajes de látex, incapaz de verse a si mismo, oculto tras su fetichismo de mortajas.
Sus personajes juegan en el borde del abismo, deformados por la falta de afecto, entregados a un destino en el cual el dolor se vuelve marcas para el cuerpo.
Helnwein se empeña en mostrar el rostro más cruel de la historia, el nazismo, la eugenesia, el caos, la destrucción de un siglo y paradójicamente titula a uno de sus cuadros “vamos a olvidar” mientras no deja de señalar una y otra vez los errores cometidos. En otro cuadro de la misma serie, titulado “arrepentimiento tardío” un grupo de hombres con miradas perdidas idolatran a una pequeña niña con la cabeza vendada sobre una mesa de exposición. Ellos exhiben con orgullo el horror de sus actos, los niños padecen estos actos en el cuerpo, son el tatuaje de sus caprichos.
La obra de Heilwein habla de guerras internas y exteriores, de bombardeos en ciertas zonas del alma. El niño en la época más avanzada de las ciencias es un instrumento más, una victima hermosa utilizada para burlarse de la realidad, la gran verdad del cuerpo del niño es la gran mentira del cuerpo del adulto y a su verdad no podemos ser indiferentes. El niño es el “ángel dormido” al que no pueden salvar ni siquiera los rezos, el que debe tomar por si mismo las armas y salir a defenderse contra el mundo.
“Los inocentes murmuran” y su venganza se llevará a cabo el día en que los cuchillos se inviertan y los adultos pierdan el control sobre aquello que aman. Ese día, la niña clavará en el vientre a su madre sin dejar de sonreír. El rostro del niño amado se desfigurará hasta convertirse en el del niño azul perdiendo todo calor humano.
Un día, tal vez, se producirá la resurrección del niño, podríamos preguntar a Helnwein ¿de qué forma sucederá tal resurrección? Helnwein dirá: “mi arte no es respuesta, es pregunta”.
María Victoria Dentice
Más de Helwein: http://www.helnwein-museum.com/
4Comentarios
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Mauro R.R.
(9 de Junio 13:18)
muy interesante la evrdad no savia nada sobre este artista pero es maravilloso, qque trate de defender a travez de su obra a las personas mas vulnerables de la humanidad que son los niños
andres
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(9 de Junio 14:10)
Que fotos mas freaks! por favor. Una nota muy interesante
Solís
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(9 de Junio 14:45)
Muy buena nota Vik, siempre tu mirada y reflexión sobre las extrañezas que andan por ahí, antes, ahora y siempre. Me gustó mucho la frase: "Bombardeos en ciertas zonas del alma."
pAULO
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(15 de Junio 22:52)
TREMENDA!, la seleccion de fotos y la nota muy concreta.
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Nahoru